Seis piezas para reconstruir la izquierda. Y para construir el movimiento verde.

“Seis piezas para reconstruir la izquierda” es un artículo muy interesante de Juan Torres, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla y miembro destacado de ATTAC, en el que habla de algunos problemas que tiene la izquierda tradicional, que a pesar de tener el contexto social a su favor, apenas avanza en unos casos y en otros ha retrocedido. Muchas de estas reflexiones son aplicables totalmente al movimiento verde.

Hago un breve resumen. Entre comillas, es texto del artículo original. El artículo apareció en Le Monde Diplomatique en español, noviembre de 2011. Para bajarte el artículo completo clica aquí. Ha sido autorizada su reproducción.

Los discursos de las izquierdas –y de las verdes- siguen basándose en categorías intelectuales que no suelen conectar con la forma de entender el mundo de la ciudadanía de hoy día y por tanto no motivan ni al voto, ni a la construcción de una sociedad deseable. Paradójicamente, el artículo está escrito con un lenguaje académico, propio de Le Monde Diplomatique, pero demasiado académico para la mayoría de la población. En el caso de las verdes es nuestra incapacidad –que podemos superar-para visualizar la sociedad que ofrecemos, para anticipar de alguna forma el tipo de mundo que deseamos alcanzar. En otras ocasiones ya he comentado que esto es debido a nuestra tendencia –cambiable- a expresar lo que NO queremos de la sociedad. Hay algunas excepciones: Ciudades en Transición o el Green New Deal, son ejemplos de propuestas en positivo.

Curiosamente, Juan Torres  incide en un punto que yo ya había identificado: “el desprecio de las actividades formativas, a la escasa relevancia que se da a la consistencia intelectual de la militancia de izquierdas”. Y yo añado a la poca importancia en la formación de habilidades de comunicación, de gestión de consenso, etc. “Es tan significativo como lamentable que no existan experiencias de escuelas, de seminarios conjuntos, de medios de comunicación compartidos, de revistas…. de izquierdas”. Ni del movimiento verde. Confío que los pasos que se están dando en la fundación Equo en esta dirección –se está desarrollando un plan de formación- dé sus frutos.

Algo muy interesante que nos será muy útil a las verdes: “Teniendo en cuenta que las agresiones del neoliberalismo se producen no sólo a las clases trabajadoras sino a pequeños y medianos empresarios, a autónomos o profesionales, a las clases pasivas, o a los jóvenes y a los jubilados, a las mujeres, sin distinción de ideologías e incluso de posición social”.  Por tanto nuestra política no debe estar orientada solo a la protección del trabajador. Debe estar orientada al fomento de la Economía verde, a la promoción de empresas verdes, etc. explicado de manera que el ciudadano se sienta reflejado en nuestros mensajes y le resulte motivador. Pero ese es otro punto que muchas verdes se sienten repelidas: “¡tratar con empresarios!”. Si no aprendemos a tratar con empresarios, cómo vamos a cambiar la economía, ¿solamente a golpe de decreto?

Algo que he detectado frecuentemente en verdes es su “pureza” que le impide mezclarse con el resto de la sociedad. Hay personas que no quieren o no saben cómo mezclarse con “los otros”. Pero si queremos construir una sociedad verde, debemos de dirigirnos a un público muchísimo más amplio; para ello es importante sentir que formamos parte de la sociedad que queremos cambiar. “La izquierda, además, debe ser consciente de que es imposible llevar a cabo los cambios sociales sólo con sus propios partidarios o fieles, o jugando el partido “en casa”.”

Carles Porcel

Mitos para cuestionar II

Mitos para cuestionar II

 

Continúo con dos mitos más que Lakoff identificó en los progresistas de EEUU y que, según mi parecer, es un retrato clarísimo de lo que ocurre en los verdes españoles, especialmente el segundo, pero más potenciado al no tener ni las infraestructuras de un partido “estable”.

3º Las campañas políticas son de marketing

Este mito no es muy aplicable a las verdes, en el sentido que indica Lakoff, sino a la inversa. En general históricamente existe aversión a usar el marketing por parte de las verdes. Es algo que asusta, por que está piensan que está asociado -no necesariamente- con manipulación, con abuso de poder. Cuando me dicen esto yo pregunto “¿pero tu quieres abusar?” y evidentemente nadie quiere abusar.

El mantener ese miedo hace que se descuiden aspectos de comunicación para saber cómo encajar nuestro mensaje en la sociedad que vivimos, con el resultado final que hay muy pocas personas que nos hacen caso.

El mito que estudia Lakoff, versa sobre la adaptación que los demócratas hacen de su discurso a partir de las encuestas. Incluso Frank Luntz (véase en Para leer) dice que no es el método más adecuado para ganar votos. Éste dice que más que saber que dicen las encuestas (para decir lo que quiere oír la gente) hay que saber cómo hablan y qué piensan las personas del perfil que buscamos para usar su lenguaje y que es importante organizar debates estructurados para saber cuáles son las palabras que más impacto tienen.

Por ejemplo Luntz hizo un trabajo para los republicanos sobre medioambiente para vender leyes claramente antiecológicas en cuyo manual (¿cuando tendremos un manual de este tipo los verdes, tanto personas de base como cargos políticos, y los usaremos sistemáticamente?) dice Lakoff “A la gente que apoya el ecologismo les gustan determinadas palabras. Les gustan las palabras sano, limpio, seguro, porque encajan en marcos que describen lo que significan para ellos el medio ambiente. Por tanto, dice Luntz, utiliza las palabras sano, limpio y seguro siempre que puedas, hasta cuando hables de plantas de carbón o plantas de energía nuclear.”

Probablemente más de un lector se estará escandalizando de lo que hacen los republicanos. Mi sugerencia es que, en lugar de quejarnos del uso malévolo que hacen, lo que será más útil es implicarnos en usar el lenguaje para fomentar los valores que buscamos. Por ejemplo, a más de un ecologista le he oído o visto usar ATC (Almacén Temporal Transitorio). Una forma muy neutra de hablar de un cementerio nuclear, expresión que suena mucho peor. EN lugar de hablar de energías renovables, hablar de energías autónomas y limpias. Por ejemplo cuando la industria de los residuos habla de valorización energética, es útil que nosotros hablemos de incineración tóxica, por ejemplo. En un futuro quiero organizar investigaciones para ir comprobando diferentes tipos de expresiones, cuáles impactan más, cuáles encajan más en el marco de las personas, etc.

Yo lo que propongo es hacer investigaciones a fondo y extensas para saber cómo comunicar nuestros valores de una forma efectiva. Si algún lector conoce algunas que se hayan realizado, por favor, le ruego contacte conmigo en info@verdescrecientes.org.

Lakoff dice que algo que se puede aplicar perfectamente a los verdes: “Los simpatizantes y los activistas trabajan en exceso y están mal pagados […]. Sobre todo no tienen ni tiempo ni entrenamiento para pensar acerca del del enmarcado de las cuestiones que son importantes para ellos.” [La itálica es mía]. Desde hace años me parece vital que dediquemos menos tiempos a campañas y más a formarnos en estos aspectos, para que las campañas den muchos más frutos, en forma de impacto a la sociedad y de votos.

 

Lo que los progresistas necesitan es acceso a los medios.

Hace años impartí un curso para los socialistas y un destacado dirigente dijo algo así como “El problema que tenemos es que no salimos mucho en los medios”. Yo en aquel tiempo me quedé alucinado; cómo un miembro relevante de uno de los dos grandes partidos podía pensar eso.

Karl Popper fue un filósofo de la ciencia que decía que una hipótesis científica había que falsarla, es decir comprobar cuando no se ajusta a la realidad. Lo habitual es solo verificar cuando la hipótesis es atinada. Si la falsamos y la verificamos tendremos un conocimiento potencialmente más atinado.

Lo que voy a describir son casos donde, a pesar de no disponer medios de comunicación que difundiesen las ideas de un cierto partido, se han conseguido resultados en elecciones. Y situaciones donde habían medios que difundían sistemáticamente informaciones de ciertos partidos NO se han conseguido resultados,.

Lo que propongo es verificar y falsar este mito de que con medios necesariamente se consiguen votos.

Un ejemplo reciente de que sin disponer medios de comunicación ha conseguido resultados insólitos ha sido Álvarez Cascos en Asturias. Según me dijo Rafa Font, en los medios del Principado apenas salió el ex-ministro y en pocos meses de haber fundado su partido ha sacado la mitrad de los votos que tenía el PP, llegando a gobernar.

Otro ejemplo es Compromís. Literalmente solo salió una sola vez una candidata en la TV autonómica valenciana y por obligación legal. Nunca en los meses anteriores nadie fue entrevistado. Un compañero de mi partido se quejaba de que en Canal 9 no salíamos y que eso haría que ni que obtuviésemos diputados. En los diarios salía poco, para los diputados que teníamos y para la ingente cantidad de propuestas que hacíamos en Les Corts. Al final los resultados fueron inesperados y muy satisfactorios.

¿Por qué se obtuvieron resultados en ese caso? Hay varios factores. Un ejemplo relevante de cómo se trabajó en un caso exitoso. En una población de 37.000 habitantes, Carcaixent, gracias al uso del Facebook y del contacto planificado y continuo con la población, desde mucho antes de las elecciones, se consiguió ser la segunda fuerza más votada, por delante del PSOE. Esta es una experiencia de que las campañas electorales no duran 15 días sino 1400 días, cosa que se pasa por alto con mucha frecuencia y que se tienen que plantear desde nuevos puntos de vista.

Un caso contrario, en el que se disponía de muchos recursos monetarios para conseguir muy poca cosa, es el de Coalición Valenciana. Un conocido empresario financió generosamente una larga campaña, incluso compró un diario para hacer propaganda. El resultado final fue no conseguir ningún diputado. En el mejor de los casos algunos regidores en algunos pueblos.

Si en el pasado, cuando las revoluciones se hacían sin apenas medios de comunicación, ¿cómo se puede pensar que con medios actuales como internet, haya gente que piense no se puede hacer nada par difundir nuestras ideas y nuestras propuestas par darnos a conocer?

Pero la respuesta a esa pregunta la trataré en detalle más adelante. Ahora solo decir que está implicado un fenómeno psicológico muy nocivo: el desempoderamiento, del que muchos activistas no son conscientes.

Por supuesto no estoy diciendo que si tuviésemos medios, tendríamos más impacto. Lo que afirmo es que tengamos los medios que tengamos, lo que es importante es aprender a comunicarnos eficazmente, sea en un comunicado de prensa, sea en Facebook o sea con la persona que tenemos delante. Por que si no hemos aprendido a comunicar eficazmente ¿para que nos sirve disponer de tribunas en diarios o TV? Por que aprender a comunicarnos eficazmente sí que depende de nosotros. Invito a implicarnos en este fructífero aprendizaje.

Los medios de comunicación por si solos no nos ayudarán. Se necesitan más factores. Cuando alguien hace una afirmación como la que hizo el cargo del PSOE “El problema que tenemos es que no salimos mucho en los medios”, eso es una manera de pensar. Pensamos que, lo que necesitamos es x, como no lo tenemos, podemos hacer poca cosa. Este tipo de razonamiento lleva al desempoderamiento, de manera que se hace mucho menos de lo que se podría hacer. Este fenómeno psicológico de impotencia lo trataré extensamente en futuros artículos.

Otro tema de fondo es nuestra manera de pensar, que pensamos linealmente y simplonamente: “Si tenemos medios de comunicación entonces nos votan”. Hacemos una causa efecto, sin ninguna evidencia. Más bien nos tendríamos que preguntar qué otros factores se deben de dar y cómo deben estar organizados para conseguir lo que buscamos.

Carles Porcel

 

Mitos para cuestionar. I

No pienses en un elefante, de George Lakoff es un libro que versa sobre la política de EEUU sobre la manera de comunicar entre demócratas y republicanos. Lakoff ha identificado algunos mitos en los discursos y formas de pensar de estos progresistas. En mi experiencia se pueden aplicar perfectamente a los verdes españoles.

Estos mitos los he identificado también en el movimiento verde. Empezar a cuestionar estos mitos y substituirlos por un conocimiento certero nos ayudará a progresar en nuestra manera de relacionarnos y comunicarnos con la sociedad.

En este artículo vamos a ver dos mitos. En un próximo artículo veremos más.

 

1º. La verdad os hará libres.

La verdad nos hará libres. Si nosotros le contamos a la gente los hechos, como la gente es básicamente racional, todos sacarán las conclusiones acertadas.

Algo que habrás comprobado, una y otra vez, es que confrontar con los hechos casi nunca funciona. Y menos con personas que no tienen sensibilidad verde.

Recuerdo el comentario de un compañero de partido sobre el desastre del Prestige: “Ahora los gallegos se darán cuenta que el PP les ha engañado y les dejarán de votar”. Como sabrás, meses después el PP ganó las elecciones autonómicas gallegas.

Lakoff sostiene que para que los hechos sean aceptados tienen que encajar en el marco mental de la gente. Si los hechos “objetivos” no encajan en un marco mental, entonces rebotan y no se procesan, no son comprendidos.

Lakoff se pregunta, en relación a las falsedades que dijo George W. Bush sobre a la guerra de Irak, “¿Es útil decirle a todo el mundo cuáles son esas mentiras? Para nosotros [los progresistas], no es ni inútil ni perjudicial saber cuándo mienten y saber cuándo no mienten. Pero recuerda que la verdad por sí sola no te hará libre. Decir que “el presidente mintió cuando empezó esta guerra” es decir una verdad, pero a mucha gente le resbala. Hay muchas personas en el país que siguen creyendo que Sadam Hussein estaba detrás del 11-S. Hay gente que lo cree porque encaja con su modo de entender el mundo. Encaja con su visión del mundo.”

Por tanto, lo que propongo es que empecemos a pensar en otros términos. Más que si lo que dice el PP o el PSOE es verdad o es mentira, lo que planteo es cuestionarnos si es útil para conectar con nuestros potenciales votantes o no. Y si no lo es, pensar en otro enfoque. Pero eso de pensar es si es eficaz, si funciona, nos suena extraño, no forma parte aún de nuestra cultura verde.

Pensar en lo útil, choca con una presuposición cultural muy fuerte; la existencia de la verdad. Uno de los avances epistemólogicos más importantes del siglo XX fue el cambio de “la verdad existe objetivamente”, a “cómo construimos nuestra visión del mundo”, lo cual supone que no existe la verdad, si no, como mucho existe nuestra verdad. Pero una cosa es saberlo intelectualmente y otra muy diferente es operativizarlo en nuestra vida cotidiana. Y es un buen momento para avanzar en ello, lo que nos procurará ser más eficaces.

Empezar a cuestionar la idea que decir la verdad nos ayuda en nuestra tarea de verdes crecientes facilita integrar nuevas maneras de pensar fructíferas.

Ahora bien, se produce un fenómeno muy curioso; hay gente que cuando cuestiono el enfoque la verdad, piensa: “entonces éste dice que hay que mentir, que hay que manipular”. Y desde luego NO afirmo eso. Este fenómeno se produce por que hay personas que tienen una forma de procesar muy polarizada, es decir se van de un extremo a otro, sin tener en cuenta que hay otras posibilidades. Por ejemplo, si digo “no hay que usar las lineas rectas”, alguien puede pensar “pues entonces éste dice que tienen que ser curvas”, pero esa solo es una posibilidad. Podrían ser figuras geométricas, colores, etc. Lo que afirmo es que es muy útil aprender a afinar nuestra forma de comunicarnos eficazmente para conseguir comunicarnos mucho más eficazmente para acercarnos a la sociedad que nos proponemos.

 

2º mito. Cada persona busca su propio interés.

Es irracional actuar en contra del propio interés y, por tanto, una personal normal, que es racional, razona sobre la base de su propio interés.

¿Cuántas veces hemos visto que, avisando a una persona que ciertas conductas antiecológicas van contra su salud, por ejemplo apoyar una incineradora al lado de su casa, no nos has hecho ni caso? Un familiar mío jubilado, me decía que sabía claramente que cuando gobierna el PSOE le sube la pensión y cuando está el PP la congela o sube mucho menos ¿A quién votaba? Al PP. Seguro que conoces más ejemplos de estos.

Esta visión racionalista está en la política demócrata de EEUU y la verde de aquí. Y los demócratas se descolocan cuando se preguntan “¿Cómo es posible que los desfavorecidos voten a Bush cuando les perjudican tanto?”. Su reacción racional es intentar demostrar que los progresistas apoyan los intereses de los desfavorecidos. Y NO funciona, no les votan.

¿Quieres conocer una razón de fondo para que podamos comprender por qué ocurre? Se afirma que un 35% de la población estadounidense, piensa que está o llegará a estar en la cúspide de los más ricos, por tanto esa esperanza facilita que piensen que, cuando se suben los impuestos a las clases bajas y medias y se bajan a los más ricos, eso es bueno para sus futuros intereses, aunque ahora estén en la miseria y nunca salgan de ella. Y otra razón de fondo. En EEUU, hay una ética meritocrática. “quien tiene más dinero es porque han trabajo duro para conseguirlo”.Eso es un pequeño ejemplo de lo que es un marco mental.

Un punto de vista novedoso que nos puede ayudar a entender cómo motivar a nuestros votantes potenciales, tiene que ver con quién cree ser él o ella, qué valores tienen, de lo que admiran, de cuál es su marco mental.

En su libro Lakoff explica cómo usar el tema de los impuestos, desde un punto de vista de los valores y del marco mental -que recomiendo usarlo adaptado (verás que usa un lenguaje muy de la cultura norteamericana, aunque está fomentando claramente de una economía redistributiva) a nuestra política verde para nuestros discursos-:

Nuestros padres -igual que los suyos- invirtieron para el futuro a través de sus impuestos. Invirtieron el dinero de sus impuestos en la red de autopistas, en Internet, en la organización científica y médica, en nuestro sistema de comunicaciones, […]. Ellos invirtieron para el futuro y nosotros estamos cosechando los beneficios de los impuestos que ellos pagaron. Hoy nosotros tenemos activos -autopistas, escuelas y universidades, Internet, líneas aéreas- que provienen de las buenas inversiones que hicieron ellos. […] Los impuestos es el pago de tus deudas, el pago de tu cuota de socio de América. Si te inscribes en un club de campo o en un centro comunitario, tienes que pagar una cuota. ¿Por qué? Tu no construiste la piscina. Pero tienes que mantenerla. No construiste la cancha de baloncesto. Alguien tiene que limpiarla. Puede que tú no uses la pista de squash, pero has de seguir pagando tus cuotas. De lo contrario, no se mantendrá a punto y se estropeará. La gente que elude pagar pagar impuestos, como las empresas que se trasladan a las Bermudas, no pagan lo que deben a su país. Pagar impuestos es patriótico. Desertar de tu país y no pagar tus deudas es una traición. […] Estas inversiones del contribuyente sostienen a las compañías y a los inversores ricos. ¡No hay hombres hechos a sí mismos! Los ricos se han hecho ricos utilizando lo que anteriores contribuyentes han pagado. Les deben muchísimo a los contribuyentes de este país y deberían devolvérselo.

Y por supuesto, no se trata de decirlo una vez y ya está: los mensajes hay que usarlos una y otra vez, es importante ser insistente, hasta que cale en la mente de las personas, contra más se repita, a más personas se llegará y con mayor profundidad. Eso implica que no podemos tener 30 temas de campaña. Para que resulte útil deben ser pocos, tres o cuatro y usarlos como decía en mi artículo sobre el uso del empleo verde, como un tema transversal que conecta con muchos otros temas.

Comparado este enfoque de poner énfasis en los valores, con enfoques como el de Julio Anguita cuando decía “Programa, programa, programa”, éste último es un enfoque racionalista que conecta poco con la ciudadanía. Era muy objetivista y no tenía en cuenta la subjetividad de las personas, como hace el enfoque de Lakoff. No estoy diciendo que no hay que hacer el programa político; por supuesto hay que dessarrollarlo -es la guía de la actuación futura-. Hablar de lo que a la gente le emociona, a lo que la gente le motiva y comparten con nosotras, es el nuevo camino que propongo. Ahora bien, este es un camino nuevo que invito a explorar, implicarse y que en futuros artículos desarrollaré.